EL Estrés
¿Qué es el estrés?
Estrés es el estado de tensión física y psíquica que experimentamos ante las exigencias, desafíos o amenazas del entorno. Los seres vivos estamos continuamente expuestos a situaciones estresantes, ya que el ambiente y nosotros mismos estamos en continuo cambio. Por eso, un cierto grado de estrés, llamado eustrés, es necesario y beneficioso; lo experimentamos ante situaciones que, aunque desafiantes, son manejables y hasta motivadoras.
La vertiente negativa del estrés, o distrés, se refiere a la tensión mental y física derivada de situaciones percibidas como insuperables o de difícil manejo. Cuando ellas se prolongan en el tiempo generan trastornos que dan cuenta de la profunda relación entre lo psíquico y lo físico.
¿Qué es el estrés?
Estrés es el estado de tensión física y psíquica que experimentamos ante las exigencias, desafíos o amenazas del entorno. Los seres vivos estamos continuamente expuestos a situaciones estresantes, ya que el ambiente y nosotros mismos estamos en continuo cambio. Por eso, un cierto grado de estrés, llamado eustrés, es necesario y beneficioso; lo experimentamos ante situaciones que, aunque desafiantes, son manejables y hasta motivadoras.
La vertiente negativa del estrés, o distrés, se refiere a la tensión mental y física derivada de situaciones percibidas como insuperables o de difícil manejo. Cuando ellas se prolongan en el tiempo generan trastornos que dan cuenta de la profunda relación entre lo psíquico y lo físico.
Mecanismos del estrés
El estrés desencadena reacciones fisiológicas al peligro que son fundamentales para la supervivencia. Involucra dos mecanismos que segregan glucocorticoides, adrenalina y noradrenalina.
En la naturaleza, estas hormonas ponen a todos los sistemas del organismo al servicio de la defensa o la huida, y cuando la causa del estrés desaparece, los valores hormonales recuperan el equilibrio.
Sin embargo, cuando el estrés se cronifica, el organismo llega a un estado de agotamiento que da lugar a variados trastornos psicosomáticos.
Mecanismos del estrés
El estrés desencadena reacciones fisiológicas al peligro que son fundamentales para la supervivencia. Involucra dos mecanismos que segregan glucocorticoides, adrenalina y noradrenalina.
En la naturaleza, estas hormonas ponen a todos los sistemas del organismo al servicio de la defensa o la huida, y cuando la causa del estrés desaparece, los valores hormonales recuperan el equilibrio.
Sin embargo, cuando el estrés se cronifica, el organismo llega a un estado de agotamiento y se producen variados trastornos psicosomáticos.
Manifestaciones del estrés
El estrés crónico puede causar ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, trastornos del sueño y de la libido. La sensación de impotencia afecta la autoestima y son frecuentes las conductas evasivas que llevan a compulsiones y adicciones.
La psicosomática del estrés abarca dolores musculares, problemas gastrointestinales, hipertensión, cuadros respiratorios, fatiga y alteraciones del ciclo menstrual, entre otros.
Agudo y Postraumático
Cuando el estrés proviene de traumas que ponen en riesgo la propia vida o la de seres queridos, da lugar al trastorno de estrés agudo, que si no se resuelve, deriva en el trastorno de estrés postraumático.
Son frecuentes los recuerdos angustiosos del trauma durante la vigilia o el dormir, la evitación de situaciones relacionadas con aquel, el distanciamiento emocional y afectivo y un estado de alerta e irritabilidad constante.
El desgaste orgánico asociado a este cuadro en ocasiones requiere tratamiento farmacológico, además del psicológico.
Manifestaciones del Estrés
El estrés crónico puede causar ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, trastornos del sueño y de la libido. La sensación de impotencia afecta la autoestima y son frecuentes las conductas evasivas que llevan a compulsiones y adicciones.
La psicosomática del estrés abarca dolores musculares, problemas gastrointestinales, hipertensión, fatiga, cuadros respiratorios, y alteraciones del ciclo menstrual, entre otros.
Estrés Agudo y Postraumático
Cuando el estrés proviene de traumas que ponen en riesgo la propia vida o la de seres queridos, da lugar al trastorno de estrés agudo, que si no se resuelve, deriva en el trastorno de estrés postraumático.
Son frecuentes los recuerdos angustiosos del trauma durante la vigilia o el dormir, la evitación de situaciones relacionadas con éste, el distanciamiento emocional y afectivo y un estado de alerta e irritabilidad constante.
El desgaste orgánico asociado a este cuadro en ocasiones requiere tratamiento farmacológico, además del psicológico.
El enfoque psicoanalítico
Los pacientes a menudo subestiman el papel del estrés; si consultan por dificultades para dormir o por trastornos de la libido, no los conectan con su modo de dar respuesta a las demandas del entorno, o bien los asumen como una parte ineludible de la vida moderna.
Sin embargo, la respuesta a las exigencias de la vida es personal: unas personas se agobian donde otras se motivan. Por eso el psicoanálisis examina la respuesta personal a las exigencias cotidianas, el significado que cada uno da a tales exigencias, e interroga las identificaciones, ideales e imperativos familiares y sociales a los que responde y su sumisión a ellos.
El enfoque psicoanalítico
Los pacientes a menudo subestiman el papel del estrés; si consultan por dificultades para dormir o por trastornos de la libido, no los conectan con su modo de dar respuesta a las demandas del entorno, o bien los asumen como una parte ineludible de la vida moderna.
Sin embargo, la respuesta a las exigencias de la vida es personal: unas personas se agobian donde otras se motivan. Por eso el psicoanálisis examina la respuesta personal a las exigencias cotidianas, el significado que cada uno da a tales exigencias, e interroga las identificaciones, ideales e imperativos familiares y sociales a los que responde y su sumisión a ellos.
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